"Desórdenes provocados..."

21 de mayo, Glorias Navales y Cuenta anual del gobierno... fecha clásica, ya a las 9 AM había gente en la calle, algunos en la Plaza Victoria, otros en el Parque Italia, repartidos todavía en distintos lugares porque era temprano. Estaban los deudores habitacionales, la Juventud Comunista, los estudiantes, etc... como todos los años, se estaban preparando para reclamar por cualquiera fuera el motivo que los aqueja y los preocupa.

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Como siempre ando paseandome entremedio de la gente, un carabinero me quedó mirando y dijo sin cara de amigo "mmm bolso... a no, pero no tiene cara de venir a protestar" y se rió un poco... en ese momento agradecí infinitamente mi cara de niña buena y nada peligrosa para la sociedad, aunque en todo caso no tenía de que urgirme, iba a ser sólo una espectadora.

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En la plaza Victoria, a las 9:30 se comenzó a juntar la gente, aparecieron más carteles, banderas y panfletos... pero por la hora era tiempo de tomar desayuno, cantidad de furiosos manifestantes, agitadores y revolucionarios llenaron la única panadería abierta (que se atrevió a abrir pese a la fecha) para comprar pan, leches con chocolate, jugos y uno que otro pastel. Ahora para los que querían algo mas contundente, las empanadas eran la mano, con el unico problema de que había que esperar que la tía las calentara en el microondas del negocio. La jornada que se venía era dura, para protestar hay que tener energías así que correspondía tomar un buen desayuno.

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Despues de las 10:00 empezó la marcha, desde la plaza camino al Congreso, ese sería el ideal, porque siempre el permiso es sólo hasta la Avenida Francia... Así que la gente hacia el Congreso y la masa de periodistas siguiendo a la gente y los carabineros vigilando todo esto y los dueños de los negocios asomados apenas detrás de las cortinas metálicas...

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Pero el pueblo organizado no estaba ni tan organizado, a mitad de camino en el Parque Italia, había dos discursos diferentes, hacia dos públicos, dos megáfonos transmitiendo hacia distintos puntos de la calle, sin que existiera un respeto entre las personas presentes... Ya cuando volaron los garabatos entre uno y otro bando, fue demasiado evidente y el egoísmo se dejó ver en gloria y majestad. No era un grupo haciendo causa común por lo que uno y otro quería manifestar, eran los propios intereses que debían sobrepasar a los demás.

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En Avenida Francia, después del rato tenso en que se botan las barreras y se gritan improperios varios a los pacos, la protesta se empezó a disolver. Todos los que nos imaginamos que en ese minuto quedaba el desastre, nos dimos cuenta de que la Policía verde no se movía, la represión no aparecía por ningún lado y los estudiantes no tenían demasiadas ganas de tirar piedras. Era impresionante la cara neutra de todos los carabineros de la barrera, ni pestañeaban creo, estaban inmóviles y no iban a hacer nada, a menos que los provocaran.

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Cuando se dieron cuenta de que no había pelea, ni ánimos para un encontrón, la gente se empezó a ir, se bajaron las banderas y de a poco desapareció la masa. Estaba todo tranquilo, como nunca.

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Hasta que, de vuelta a la plaza Victoria, cinco personas... Cinco pelagatos miserables prendieron una caja y empezaron a tratar de romper lo que encontraban en la plaza... ¿Que querrían? la verdad, nada que valiera la pena, provocar, romper, correr, hacer daño, mostrarle al mundo lo imbéciles que podían ser, no me queda duda de que ese era su objetivo principal, y lo consiguieron.

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Despues de eso, la historia es conocida... guanacos, zorrillos, micros, gente corriendo, gente mojada, gente detenida (podría decir que con motivos) escenario lamentable. muy lamentable... Para variar los periodistas buscando el conflicto "Los desordenes del 21 de mayo provocados por los manifestantes" ¿Cuales manifestantes? puedo apostar que a esa hora los que tenían verdaderos motivos para protestar, estaban almorzando en su casa o haciendo cualquier cosa menos romper señales y arrancar de los pacos.

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¿La lucha social? se fue a la cresta, todo por cinco pelagatos con ganas de correr... Que triste, demasiado triste.