Thursday, March 08, 2007

Servicio de urgencias

Ok, recapitulemos… vuelvo a aparecer en el mundo de los vivos después de una tranquilísima semana de reposo forzado y algunos días más de irse con calma por la vida… si, el reposo y la tranquilidad fueron forzados por un emocionante cuadro clínico, en el que me vi metida el día 23 de febrero ¿Necesito explicarlo? Está bien, yo asumo mi ser ultra enfermiza con todo lo que eso implica, es normal que en algún momento del año por alguna X situación yo tenga que parar en cama y tomar muchos remedios, para solucionar cualquiera que sea el mal que me ataque en ese momento (de los que he conocido gran variedad) Hasta ahí, normal con mi vida, si bien no soy feliz por enfermarme y ser debilucha al máximo, lo considero parte de mi esencia y vivo con eso… Pero ¿tenía que confirmar mi mala pata de esa manera?

El viernes 23 todo era normal, llegué a mi casa, empecé dar vueltas y a hacer todo lo que uno puede hacer tranquilamente un día viernes en la tarde. HASTA que a las 19:00 app mi nariz decidió lo contrario y sin darme cuenta cómo ni por que, se manifestó de golpe, sin mediar ninguna provocación… y de una forma bastante sangrienta (creo que no debo explicar más)

Al principio lo vi como uno de esos episodios normales y muy desagradables por los que algunas personas pasan, ya sea por culpa del calor o de los nervios o gracias al manotazo directo a la cara de alguien muy enojado, de esos episodios que duran un rato y terminan tal como empezaron, solos… pero no fue así, siguió, y siguió y siguió y por mas que intenté muchas maneras diferentes, no conseguí que mi nariz parara su escándalo… ahí me empecé a asustar.

En el sector donde vivo, hay un consultorio, típico consultorio de salud pública donde llega toda la gente de por ahí. Entre el susto, los nervios y lo descolocados que estábamos mis viejos y yo… el único lugar al que atinamos a ir fue ese, así que allá llegué con una toalla en la cara y sin entender nada de lo que estaba pasando. La verdad es que no pudieron hacer mucho, pero fueron honestos y me mandaron en ambulancia al hospital, a la posta del Carlos Van Buren, donde empezó una eterna espera.

En la posta me recibió un médico (que asumo era aun interno, pero no lo voy a asegurar) y aplicó en mi fosa nasal escandalosa, una solución que me sacó bastantes lagrimas y mas de una puteada mental al pobre, que sólo hacía su trabajo. Generalmente así, ese tipo de problemas se termina, pero no… mi nariz, al ver que bloqueaban su via de manifestación decidió continuar con la otra fosa. Obviamente pedí auxilio y después de un rato, entre examinar a una niña que casi se moría en la camilla del lado, hacer pasar a una quinceañera que se había sacado una madera de la pierna ella sola, pedir una inyección para la viejita que dormía al frente y despachar pesadamente a otra mina que llegó a preguntar por que le hacía mal la mayonesa (duda poco relevante para un servicio de urgencia) el médico tuvo que llegar a mi camilla y aplicar la misma solución anterior al otro lado… después de torturarme por mi bien, y secarme las lagrimas con un poco de algodón que le quedó, me mandó a sentar a una silla y esperar… En teoría todo debía funcionar, pero no y el escándalo continuó, yo lo sentía y sabía casi por instinto que lo que se había hecho hasta ahí, no estaba sirviendo de mucho pero fui obediente y me quedé esperando que alguien llegara a ver si seguía viva o no.

Dieron las 23:00 y yo seguía ahí, hasta que la doctora a cargo de la sala (no el médico que me atendió desde el principio) me llamó para un “control” y cuando vio que aparentemente el asunto había terminado, me dio el alta. Le dije que había parado de forma superficial y su respuesta fue “pero paró”… Pidió hablar con mi mamá, me dio una receta y las recomendaciones fueron “tomate esto, quédate así hasta ver un otorrino, deja la hora pedida y ven el lunes que recién ahí te puede ver un especialista”. Sin decir nada más nos despachó y camino al auto se confirmó lo que yo pensaba… teníamos para bastante rato todavía…

Entre volver al lugar donde me habían mandado a la casa, hacer caso de lo que había dicho la doctora o buscar rápidamente otro centro de urgencia, elegimos lo último y volamos a la clínica Valparaíso… Ahí entre que me recibió la doctora y el auxiliar de turno, estuve en “OBSERVACIÓN” y se dieron cuenta que el tema era mas complicado de lo que se veía, pasó un buen rato más… Sé que afuera de la pieza donde estaba yo, mi familia decidió que era necesario llamar al otorrino y empezaron a hacer los trámites...

Después que apareció el médico, casi a la 1 de la mañana, todo fue demasiado rápido, me examinó o por lo menos intentó hacerlo (porque a esa altura yo no era una criatura muy agradable) le lloré que por favor hiciera algo porque no daba más, patalee y me moví cuando sacó de mi nariz la solución poco efectiva que habían puesto en la posta y me dijo que iba a tener que hospitalizarme y operar de urgencia, cuando dijo eso mi tranquilidad fue máxima…

Me prepararon y subimos a pabellón, ahí después de un rato, la anestesia hizo lo suyo. Desperté en la sala de recuperación, medio mareada pero bien… después de eso pude dormir. Pasó el sábado, domingo, lunes y recién el martes me dieron el alta, con una anemia del porte de un buque por la pérdida de sangre, 10 días de reposo por delante y muchos remedios a tomar…

¿Que habría pasado si le hago caso a la doctora ese día viernes en la noche? ¿Que pasa con las personas que no pueden ir a una clínica y se tienen que quedar con el diagnostico de la sala de urgencias? ¿Que pasa con los médicos que por sobrecarga de trabajo o por un poco de despreocupación, te mandan a la casa sin asegurarse de que no te va a pasar algo mas? Tengo la suerte de que todo salió bien ese día, pero eso pasó conmigo… existen miles de casos sin los recursos, sin la suerte de darse cuenta cuando un problema es mayor ¿que pasa con ellos?