Se acabó otro año

Creo que la única pregunta que tengo ahora en la mente… tratando de no incluir ningún tipo de prejuicio ni fijación previa y siendo lo más objetiva posible (Pese a que tengo claro que la objetividad no existe) es “¿y ahora que viene?" Se terminó el año 2006, anoche a las 00:00 mientras la gente gritaba, empezaban los fuegos artificiales en muuuchos lugares de Chile, se destapaban champañas y nacían los primeros niños del año, mi cabeza no paraba de darle vuelta a mi pregunta… ¿Pero por que?

El 2006 fue un año por decirlo menos, intenso… calificado en varias ocasiones por mí como “Año de mierda”, “El año más raro de mi vida”, “Puto año” entre otros epítetos de los que no me quiero acordar. Pero ya mirándolo un poco más fríamente (SÓLO UN POCO) me doy cuenta y me sorprende la cantidad de cosas que pueden pasar en míseros 365 días. Fue un año de crisis absoluta, en su sentido más neutral de cambio, hubo cambios en todo ámbito y en muchos aspectos de la vida… En realidad pienso que de eso, puedo sentirme contenta.

Primero que nada fue un año de abrazos… me dieron abrazos, los di, los busqué, los pedí, los comprendí, los necesité y los valoré. Hubo abrazos de alegría, los hubo tristes y tristísimos y llorados, los hubo apretados y reconfortantes, los hubo finales, los hubo primeros, los hubo regalones y también tiernos, los hubo orgullosos. Sé ahora (o más bien reforcé lo que creía), lo mucho que significa un abrazo cuando se da de verdad, cuando se puede apoyar la cabeza en un hombro y sentirse acompañada y lo mucho que hace falta.

Hubo también en el año muchos términos y muchos inicios. A veces las situaciones que uno menos se imagina desatan principios y finales de cualquier cosa… y vale la pena darles una vuelta para entender que significan.

Descubrí dolorosamente el desdén en las personas que jamás me esperé, aprendí que cualquier día de la vida es bueno para decir “Te quiero” o “Te echo de menos” y realmente sentirlo, porque en cualquier minuto esa persona se va y me he quedado con el peso de no habérselo hecho saber, aunque he tenido segundas oportunidades y las agradezco. Me di cuenta de lo necesario que se hace un punto final, una distancia o una pausa cuando las situaciones se van de las manos... Reconozco que todavía no llego a aplicarlo como corresponde, de ser así me habría convertido en un sabio… y no lo soy, todavía me falta mucho por crecer.

Y Estoy orgullosa… de haberme ido a la cresta y haber podido volver y estoy contenta de haber contado con todas las personas que estuvieron ahí para aconsejarme, golpearme, ayudar, mandar a la mierda con todas sus letras, decir la verdad, creer en mi más que yo misma, ser reales, quedarse ahí, volver a aparecer y hacer reír.

Y estoy más orgullosa aun de saber que tengo mucho para entregar y hay a quien dárselo… Hay a quien dedicarle tiempo, cariño y acciones. Sea quien sea, venga de donde venga y tenga lo que tenga, o bien no tenga nada.

Si, fue un año de mierda y si… tengo un poco de miedo por lo que pueda venir ahora, pero estoy un año más preparada para enfrentarlo. Y si no se cómo… no tengo que preocuparme… nadie me obliga a saberlo todo y es mi intención seguir aprendiendo.